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EL DISEÑO UNIVERSAL PARA EL APRENDIZAJE.

  • Foto del escritor: ceprov
    ceprov
  • 10 feb 2021
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 17 sept 2021



El Diseño Universal para el Aprendizaje es un enfoque didáctico que fue desarrollado por el Centro de Tecnología Especial Aplicada, CAST, el cuál se creó en 1984 buscando desarrollar tecnologías que apoyaran el proceso de aprendizaje de alumnos con algún tipo de discapacidad, eliminando las barreras al aprendizaje que los pone en desventaja con el resto de sus compañeros; por ejemplo se desarrolló el libro electrónico, con considerables ventajas sobre el texto escrito, como la opción de convertir el texto en audio.


Los fundadores de CAST, David H. Rose (neuro psicólogo del desarrollo) y Anne Meyer (experta en educación, psicología clínica y diseño gráfico), junto con los demás componentes del equipo de investigación, inician el proyecto en 1990, diseñando el marco de aplicación del DUA en el aula que se sustenta en los últimos avances en neurociencia aplicada al aprendizaje, investigación educativa, y tecnologías y medios digitales.


Se puede definir el DUA como1 : «[…] un enfoque basado en la investigación para el diseño del currículo ―es decir, objetivos educativos, métodos, materiales y evaluación― que permite a todas las personas desarrollar conocimientos, habilidades y motivación e implicación con el aprendizaje». La interdisciplinariedad de los investigadores del CAST ha permitido fundamentar este enfoque, que busca cambiar la naturaleza del propio currículo desde varios frentes interconectados. 


Durante el proceso investigativo, se descubrió que aquellas herramientas, recursos y tecnología, diseñadas inicialmente para apoyar a los estudiantes con discapacidad, también las usaban los estudiantes sin ningún tipo de necesidad aparente, por iniciativa propia, haciendo el aprendizaje más divertido para ellos y al mismo tiempo, mejorando sus procesos de aprendizaje. Así, por ejemplo, aunque la conversión texto-audio se diseñó para los alumnos con algún tipo de discapacidad visual, la podían utilizar también los que aún no leían con fluidez: Aquellos que aprendían mejor por la vía auditiva que por la visual o quienes, simplemente, preferían escuchar el texto; aún ahora muchos de nosotros utilizamos este recurso para agilizar nuestra lectura y disminuir el tiempo de exposición de nuestra vista a la pantalla de la computadora. Durante los experimentos, se comprobó que los estudiantes con dificultades de aprendizaje o alguna discapacidad, obtenían mejores resultados utilizando estos medios tecnológicos en lugar de los materiales tradicionales impresos. Esto llevó a los investigadores a plantearse que quizá las dificultades para acceder al aprendizaje se debían, no tanto a las capacidades o habilidades del alumnado, sino a la propia naturaleza de los materiales didácticos, de los medios y métodos usados en la actividad docente, los cuales, debido a su rigidez, eran muy limitados al momento de atender a la diversidad.


El DUA se apoya en fundamentos neurocientíficos, es así que se entiende que las redes cerebrales implicadas en el aprendizaje son la base para los principios del DUA, por lo que cuando se trata de las últimas investigaciones en el terreno de la neurociencia que han arrojado mucha luz acerca de cómo se comporta el cerebro durante el proceso de aprendizaje, para ello, los avances tecnológicos (PET scan, qEEG, fMRI) han hecho posible encontrar muchas evidencias que permiten conocer la estructura del cerebro y comprender su funcionamiento de forma global y localizada durante el aprendizaje (Rose y Meyer, 2000).


Existe una diversidad cerebral y una diversidad en el aprendizaje y lo sabemos debido a los estudios sobre el cerebro con su estructura compuesta de diversas regiones o módulos, cada uno de los cuales está especializado en conectar distintos aspectos de la realidad. Por ejemplo, el color de un objeto se procesa en un módulo, mientras que la forma se procesa en otra región diferente. Del mismo modo, en función de la tarea que se pretenda realizar, se activarán determinados módulos u otros, lo que implica que el aprendizaje se distribuye en torno a diferentes regiones. Pero esto no significa que todos los procesos cerebrales son separados, pues lo más interesante radica en la manera como nuestro cerebro establece las conexiones neuronales necesarias para que la información sea ordenada y tenga sentido para nosotros. Los módulos, además, trabajan en paralelo, activándose de forma simultánea para tratar todos los elementos de un mismo estímulo. Por ejemplo imaginemos a nuestro cerebro como una gran red de oficinas por departamentos a las cuales puede un cliente a solicitar una serie de productos diversos, los cuales serán solicitados en la sala de pedidos, se coordina entre las diferentes oficinas para atender los pedidos, los cuales el cliente recogerá en la oficina de despacho.


Las investigaciones no solo explican la forma en la que funciona el cerebro, sino que también ponen de manifiesto la diversidad neurológica existente entre las personas. Hay diferencias en la cantidad de espacio del cerebro que ocupa cada módulo, en función de las personas. Asimismo, se encuentran divergencias interpersonales en cuanto a los módulos implicados para la resolución de una misma tarea. Todas estas diferencias suponen una evidencia neurocientífica de la diversidad del alumnado en relación con el aprendizaje. Por ello sabiendo que cada cerebro es diferente, también entendemos que cada estudiante procesará el mismo aprendizaje de forma diferente al de sus compañeros de clase.  ¿Cómo se concretan la estructura cerebral y la forma de procesar en las situaciones de aprendizaje? Apoyándose en estos estudios, los investigadores del CAST pudieron establecer que, dentro de la compleja red formada por una infinidad de conexiones neuronales que comunican las distintas áreas cerebrales, existen tres tipos de subredes cerebrales que intervienen de modo preponderante en el proceso de aprendizaje y que están especializadas en tareas específicas del procesamiento de la información o ejecución (Rose, 2006; Rose y Meyer, 2002).


El funcionamiento de cada una de estas subredes es distinto en cada persona; así, hay estudiantes que reconocen y procesan mejor la información por la vía auditiva que por la visual y viceversa. Otros, serán buenos al diseñar estrategias, pero no al ejecutarlas o evaluarlas; algunos aprenderán mejor mediante ensayo-error, practicando, mientras que otros asimilarán mejor los contenidos a través de modelos. Del mismo modo, no todas las personas se ven motivadas por las mismas actividades y presentarán diferencias en el modo de implicarse en su propio aprendizaje. La identificación de estas tres redes cerebrales, junto a la evidencia de la variabilidad interpersonal en el funcionamiento de las mismas, sentó las bases sobre las que se construyó el marco del DUA.


Referencias:

Alba, Sánchez, Zubillaga, (2014), Ministerio de Economía y Competitividad en la convocatoria del Plan Nacional de 2008-2011. Subprograma de Proyectos de Investigación Fundamental.

 
 
 

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